La creación de las Cartas Zener y funcionamiento
Durante los inicios de la parasicología, los investigadores en este campo crearon las cartas Zener, un método científico para estudiar la percepción extrasensorial, específicamente la telepatía y la clarividencia.
En la década de 1930, los parasicólogos Joseph Banks Rhine y Karl Zener, del departamento de Psicología de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, emplearon esta prueba, que consiste en un grupo de 25 cartas con 5 símbolos diferentes: Estrella, círculo, líneas onduladas, cuadrado y Cruz.
La metodología de sus investigaciones era simple, los participantes en los experimentos debían intentar adivinar la carta presentada por el investigador dividiendo el espacio por una pantalla negra completamente opaca.
En su origen, las cartas zener tenían el propósito de ser utilizadas para cuantificar científicamente el potencial psíquico de los sujetos de prueba mediante experimentos que involucran el uso de cuestionarios y ambientes controlados.
Ejercicios con las Cartas Zener para despertar tus sentidos psíquicos
Durante más de 50 años, el equipo de parasicólogos comprobó que había individuos capaces de leer el pensamiento o enviar las imágenes de las cartas hacia un receptor de manera clara y precisa.
Si bien las primeras experiencias fueron duramente criticadas por científicos de la época debido a la diversidad de resultados, en la actualidad las cartas zener continúan empleándose, sobre todo por aquellos individuos que quieren explorar los fenómenos de percepción extrasensorial.
En este sentido, existen diferentes prácticas que pueden desarrollarse en el hogar, solos o acompañados, usando este tipo de naipes, que son comercializados en tiendas físicas y virtuales.
En este vídeo aprenderás varios ejercicios diseñados para despertar sus sentidos psíquicos por medio de las cartas zener.
En caso de que no tengas las Barajas a la mano, puedes imprimirlas o dibujarlas en una cartulina para empezar con tu entrenamiento.
Antes de empezar, debes recordar que tienes que acceder a un estado de relajación profunda y luego, por medio de la respiración, manifestar un estado alterado de conciencia, de preferencia en una habitación sin interrupciones o ruidos cercanos.
Comprueba tu poder de clarividencia
Para comprobar tu poder de clarividencia, puedes hacer el siguiente procedimiento:
Revuelve bien las cartas con los ojos cerrados. Posteriormente, sin abrir los ojos, extrae un naipe del mazo sin voltearlo y emite tu respuesta.
Después Abre los ojos, descubre la baraja y verifica si acertaste anotando el resultado en un cuaderno.
Ejercicio para cuando sean dos personas
En el caso de que cuentes con el apoyo de otra persona, pueden realizar el ejercicio colocándose de espaldas.
En este caso, tu compañero debe extraer las cartas y registrar los resultados de cada prueba.
Se trabaja generalmente con juegos de 25 cartas, sin embargo, a medida que se van realizando más prácticas, se aconseja pasar varias veces el mazo.
Comprueba el poder mental de la telepatía
Si deseas comprobar el poder mental de la telepatía, puedes efectuar el experimento con los ojos cerrados ubicando a tu compañero frente a ti.
El emisor sacará una de las cartas del mazo y la mirara, concentrándose en el símbolo hasta que el receptor de su respuesta, el emisor anotará, tanto la carta que hubiese salido, como la respuesta dada, sin avisar al receptor de los resultados hasta el final del ejercicio.
Cuantifica el nivel de tu percepción extrasensorial
Otra opción implica situarse cada uno en recamaras diferentes pero colindantes e interrogar al ejecutante en voz alta para cuantificar el nivel de tu percepción extrasensorial.
Es preciso otorgar un punto por cada respuesta acertada.
De cero a 4 puntos, se considera normal; 5 a 9 aciertos, con potencial; de 10 a 14, habilidad en desarrollo; de 15 a 21, percepción extrasensorial activa y de 22 a 25, nivel psíquico superior.
Para comprobar los resultados se aconseja repetir la experiencia desarrollada mínimo en 3 oportunidades consecutivas, con el propósito de descartar la intervención de factores externos. Si sólo se trata de un ejercicio para afinar la percepción, puedes hacerlo las veces que lo consideres necesario, con o sin puntuación.