Todos los objetos en la naturaleza poseen un campo energético universal o aura que puede ser observado si ejercitamos nuestra percepción extrasensorial. En esta clase aprenderás a observar el aura de los animales y las plantas.
Habilidad para ver el aura
A veces, las personas con habilidades clarividentes pueden ver el aura con más facilidad pero eso no significa que las demás personas no puedan desarrollar dicha habilidad. Sólo significa que tenemos que ejercitar una facultad de tu mente que en pocas ocasiones has utilizado.
De hecho, muchos de nosotros puede ser que ya hayamos podido observar el aura de una persona o un ser vivo, pero tal vez lo hemos desestimado como un efecto óptico.
El aura humana puede ser percibida si se realiza un entrenamiento previo, sin embargo, es recomendable observar primero el campo energético en la naturaleza o en objetos inanimados para ir desarrollando progresivamente esta facultad mental.
Observar el aura de las plantas
Las plantas son un excelente comienzo cuando se trata de mejorar la lectura de auras. El primer paso para realizar este ejercicio consiste en acostarse boca arriba en un espacio donde se pueda observar el cielo.
En esa posición te relajas y dejas que tu mirada vague por las nubes. Poco tiempo después podrás visualizar pequeños círculos blancos, en ocasiones con una mancha negra, que aparecen durante un par de segundos, dejan una ligera estela y vuelven a desaparecer.
Posteriormente observarás que el campo energético late con un ritmo sincronizado. Si la luz del sol es intensa, las diminutas bolas de energía serán brillantes y se moverán con rapidez. Si está nublado, resultarán más traslúcidas, su movimiento será más lento y su número menor.
En una ciudad con el cielo contaminado estas circunferencias se verán en menor número, oscuras y con movimientos muy lentos.
Tras experimentar esta visión desvía tu mirada a los bordes de las copas de los árboles silueteadas sobre el cielo azul. Se puede ver una neblina verde que las rodea. Si observas con atención percibirás en el borde de la neblina pequeños glóbulos que se transforman y penetran en el aura del árbol.
Si miras atentamente una planta doméstica experimentarás un fenómeno similar. Luego de visualizar esto coloca cualquier planta bajo una luz brillante con un fondo oscuro detrás. Verás cómo las líneas de color verde azulado destellan hacia arriba, a lo largo de las hojas, siguiendo la dirección del crecimiento.
Estas líneas reaccionarán con tu mano o con un trozo de cristal si lo acercas al aura de la planta. Intenta desenfocar tus ojos para apreciar de mejor manera el campo energético.
Puedes extender tu mirada desde la proximidad de la planta hacia el exterior del ambiente y en unos pocos minutos observarás su aura completa.
Recuerda que las plantas no tienen el aura de colores como los seres humanos.
Observar el aura de objetos inanimados
Por otra parte, también podemos observar el aura de objetos inanimados.
Normalmente, estas auras son la combinación del entorno y de las energías de las personas que han estado en contacto con dichos objetos. El aura de los objetos físicos aparece como una capa relativamente fina, la cual puede variar si el objeto está roto.
Observar el aura de los animales
Los animales tienen una capa de aura muy fina y descolorida, cuanto más salvaje la criatura menos perceptible su aura.
Los gatos por lo general tienen un aura roja y gris, el perro en cambio azul y marrón.
El caballo tiene un aura naranja o rosa. Y en las aves, la variedad es mayor quizás porque se desplazan más y atraen energías de diferentes entornos. De estas criaturas sobresale el cisne quien en su aura irradia todos los colores del arcoíris.
¡Interesante, verdad! En la próxima clase de Parapsicología aprenderás más técnicas para percibir el campo energético universal. ¡Así que no te la pierdas!
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