La existencia del aura está demostrada científicamente, puesto que esta sutil emanación se puede ver a través de filtros que sensibilizan el ojo a esas frecuencias, permitiéndonos percibir su energía electromagnética. En esta lección aprenderás a usar lentes o filtros para ver el aura.
Ejercicio con filtros transparentes de colores para ver el aura
El aura ha sido fotografiada con las llamadas cámaras Kirlian, actualmente utilizadas como instrumento para diagnosticar el estado de salud de una persona.
En esta ocasión para ver el aura humana utilizarás filtros transparentes de diversos colores. Para el ejercicio necesitas la ayuda de otra persona y preparar una pantalla negra para hacer la observación.
Puedes utilizar una tela negra sujetada a la pared. Cabe mencionar que el ejercicio también se puede llevar a cabo en una pantalla blanca. El fondo negro incentiva la visión de los colores fríos. Y el color blanco incentiva la visión de los colores cálidos.
La habitación donde hagas el ejercicio debe estar poco iluminada, de manera que el contorno del sujeto resulte claramente visible una vez que los ojos del observador se han acomodado a la penumbra.
Uso de los filtros de colores
Para percibir el aura debes contar con varios filtros de colores hechos en hojas de plástico transparente.
El azul y el rojo generan muy buenos resultados en este experimento. Una vez que tienes estos materiales debes observar a tu acompañante a una distancia de al menos dos metros y a unos treinta centímetros de la pantalla. La persona observada debe permanecer con las manos en las caderas y los codos hacia fuera.
El observador se situará lateralmente al sujeto, a fin de verle por el rabillo del ojo. En algunos minutos, el aura aparecerá como un halo luminoso alrededor del sujeto.
En ese momento, atraviesa el filtro azul sobre la luz de un foco incandescente y enfoca tu mirada en ese color durante sesenta segundos.
Luego retorna la vista hacia la penumbra y observa directamente al sujeto, de frente y pon atención al contorno del sujeto.
Una vez que logres mirar el aura, determina todas sus características: su tamaño, forma, color y brillantez relativa.
Observa si hay rayos o puntos de brillantez variable, sobre todo en el espacio entre los brazos y el resto del cuerpo.
Después, haz girar al sujeto hasta que quede de perfil y contempla la transformación de la forma y el color del aura.
Pídele a la persona observada que extienda completamente su brazo frente a él. Observa con atención la mano y la punta de sus dedos. Revisa si brotan de sus dedos rayos brillantes.
Si quieres perfeccionar este experimento puedes cambiar el fondo negro por el blanco y realizar todos los pasos anteriores empleando el filtro rojo en lugar del azul.
Durante el ejercicio es importante iluminar directamente al sujeto y evitar las sombras. Vara verificar el ejercicio coloca un ventilador eléctrico al lado del sujeto, de modo que envíe el aire hacia el campo de visión del observador. Si el aura fuera un fenómeno provocado por el vapor de agua o por el calor, se distorsionaría en la dirección en que sopla el aire.
Después de vivir esta experiencia es indispensable que el observador del aura, lleve anotado en un cuaderno los colores que aprecia en las distintas capas y también la opinión de la persona observada con respecto a dicha interpretación.
De este modo, las definiciones de los colores que observamos estarán en armonía con nuestra percepción particular.
¡Muy interesante, verdad! En la próxima clase aprenderás a limpiar tu aura. ¡No te la pierdas!
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